La OTAN es una alianza militar cuyo origen data del conflicto este-oeste, de los tiempos de la guerra fría. Su poder conjunto, económico y militar, resulta actualmente inigualable. La invasión de Ucrania en 2022 por parte de la Rusia de Putin significó la revitalización de esta alianza que ahora cuenta con 31 países miembros, incluyendo países que por décadas se habían mantenido en la neutralidad militar.

La alianzas militares responden a la defensa de intereses comunes y tienen la característica de que cualquier ataque sobre uno de sus miembros se considera un ataque a todos y la respuesta es conjunta. El ingreso de Finlandia, el último país en incorporarse, provocó fuertes reacciones de Rusia y amenazas de contraofensivas, por considerarlo una acción bélica en su contra. Hace unos días se reunieron los 11 países de Europa del Este que pertenecen a la OTAN para reafirmar su compromiso de actuar conjuntamente frente a cualquier agresión rusa.

Desafortunadamente las amenazas militares obligan a una mayor militarización, mayor gasto en defensa y uso de recursos que de otra manera se destinarían al desarrollo económico y social. Más grave aún, nos acercan a un potencial escenario en el que sólo con la fuerza militar habrá de resolverse el conflicto. La contraofensiva de Ucrania contra el invasor ruso ha resultado exitosa, pero lenta; el futuro de esta guerra es incierto y ante tantas indefiniciones los miembros de la OTAN se preparan para el peor escenario.

Director del Grupo Coppan

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